La experiencia de más de diez años que poseo en la enseñanza de lectoescritura durante los primeros grados de Primaria, me ha llevado a observar y comprobar que, si bien existen diversos métodos para que un niño aprenda a leer y escribir, lo que mejores resultados trae es atravesar por tres etapas, sobre las cuales hablaré en este artículo: la etapa presílabica, la etapa silábica y la etapa alfabética.
Cuando seguimos este esquema, además, los maestros podemos identificar de manera oportuna los problemas que los alumnos pudieran presentar, así como dar solución inmediata a los mismos.
La etapa presilábica
En la etapa presilábica, los niños realizan la grafía de las vocales: “a”, “e”, “i”, “o” y “u”, procurando el correcto trazado de cada una de ellas a través de ejercicios de motricidad fina, delineado estándar, delineado secuencial, bucles, etc. Para su pronunciación y vocalización, se debe enseñar el sonido mediante fonemas.
Este mismo procedimiento se emplea con la enseñanza de cada una de las consonantes del alfabeto, que son 27 en total. Ser conscientes de que cada letra tiene un sonido diferente es la clave, en mi opinión, del eficaz aprendizaje de la lectura y escritura en los niños.
Otro aspecto importante que debemos poner en práctica son los ejercicios de conciencia fonológica, por ejemplo, los de rima, memorización de un poema, retahílas y trabalenguas. También es útil que escuchen un sonido y vean la imagen de donde proviene, como en el caso de una campana: escuchar el sonido y ver su forma. Todo ello ayuda a que los niños reconozcan, a nivel neuronal, los sonidos que ellos aún no asimilan y que aprenderán poco a poco.
Una vez que los niños conozcan las vocales y consonantes, se debe continuar con los ejercicios de caligrafía. Se sugiere, como vimos al inicio, que comiencen con bucles o secuencias de formas similares a las de las vocales y consonantes. También, usar letra ligada, escribir mayúsculas y minúsculas; y respetar la forma y el espacio en el triple renglón.
La etapa silábica y la etapa alfabética
Luego de realizado el proceso descrito anteriormente, podemos empezar con el aprendizaje de la etapa silábica: escritura, lectura y pronunciación mediante sonidos en sílabas, por ejemplo: “ma” – “me” – “mi” – “mo” – “mu”, y al revés, “mu” – “mo” – “mi” – “me” – “ma”. Los niños deben reconocer qué es una sílaba y su pronunciación, quizás a través de juegos como palmadas.
Ahora sí, podemos empezar la escritura y pronunciación de palabras, y la lectura de vocablos sencillos con las consonantes más empleadas como: “m”, “p”, “l”, “t” y “s”: “mamá”, “papá”, “loma”, “tapa”, “mesa” y “sapo”.
Una vez reforzados los procesos antes indicados, debemos enseñar a los niños la escritura de palabras formadas con todas las consonantes y vocales, incluso con sílabas trabadas e inversas, practicando ejercicios de pronunciación y escritura en un cuaderno de caligrafía con letra ligada.
Cuando los niños empiezan a leer y escribir, es importante que se hagan amigos del diccionario; que aprendan cómo se realiza la búsqueda de significados de palabras nuevas, es decir, en orden alfabético. Esto hará que su producción de textos se enriquezca.
La experiencia en el Colegio Los Álamos
Durante este tiempo de enseñanza virtual, los profesores de Los Álamos han empleado las mejores herramientas y plataformas virtuales para llegar a cada uno de sus alumnos; entregando su vocación, ánimo y empatía en cada una de sus clases y fortaleciendo cada uno de los procesos de aprendizaje.
Vemos día a día que los niños tienen el gusto por leer un cuento, una fábula, un texto literario. Y ello no es solo trabajo del Colegio sino también del ejemplo acerca del hábito de la lectura que observan en casa.
¡Viva la lectura!
Profesor Carlos Enrique Morales Romero